Ser sanadores en un mundo fracturado

Al obispo de una de las diócesis más nuevas de Kenia, el reverendo Paul Korir, le resulta apasionante guiar a las iglesias de su zona hacia nuevas formas de misión.

La nueva diócesis de Kapsabet, que fue establecida en enero de 2016 y se encuentra en la parte occidental de Kenia, se ha centrado en llegar a los/as jóvenes y en ayudar a las próximas generaciones a comprender la palabra de Dios.

El obispo de Kapsabet habló con el equipo de the Lambeth Conference sobre el liderazgo y sobre cómo cree que la Comunión Anglicana puede traer sanación a un mundo fracturado.

¿Cómo describiría su función de liderazgo como obispo?

«Como obispos/as y como líderes, se nos confía el mandato de administrar la espiritualidad del pueblo. Los/as obispos/as somos también portadores/as de visión, a quienes se nos ha dado la oportunidad de reunir a la gente en torno a ésta y el deber compartirla en un lenguaje que sea comprensible por todos/as».

«También me veo como un símbolo de unidad», dijo. «Así que, como líderes, estamos llamados/as a movilizar a la gente en torno a la visión, a los recursos y a la sostenibilidad. Estamos llamados/as a servir. Estamos presentes, y lloramos, y compartimos, y celebramos con la gente. El ministerio de la presencia es muy, muy importante como líderes. Así que, en lo que a mí concierne, esas son las tres palabras que vienen a mi mente cuando pensamos en los/as obispos/as como líderes: la gestión, el servicio y la movilización».

¿Qué se necesita hacer como líder para apoyar a la gente en cada contexto particular?

«Estamos llamados/as a salir y hacer discípulos, y Jesús comisionó a la Iglesia a hacerlo. Creo que la primera prioridad debe ser la misión, ganar almas para Cristo, evangelizar para que podamos seguir expandiendo el Reino de Dios».

El obispo Paul dijo que hacer discípulos, de modo que tengan sus raíces en la palabra de Dios, es también una prioridad. «Otra prioridad es el tema de la educación», dijo. «La alfabetización bíblica es muy importante, ya que les permite a los/as cristianos/as de la Iglesia conocer y comprender la palabra de Dios».

Según el obispo Paul, la capellanía en las escuelas y universidades es una forma importante de llegar a los/as niños/as y jóvenes. «Lo veo como una prioridad. Es una cuestión de urgencia en términos de familiarizar a la próxima generación con la palabra de Dios».

Destacó la lucha contra el cambio climático y el mantenimiento de la Iglesia como otras dos prioridades de su diócesis. «Tenemos que reorganizarnos», dijo, «para hacer que la respuesta al cambio climático forme parte de nuestra agenda de misiones”. “Y tenemos que equipar a la Iglesia para que pueda responder a las necesidades de todo el mundo… a que piense globalmente y actúe localmente».

¿Qué espera de los/as obispos/as que se reunirán en the Lambeth Conference?

«The Lambeth Conference es una oportunidad para volver a conectarnos con el sentido de pertenencia. Es la familia. Veo una familia que se reúne. Es como volver a casa para compartir nuestras historias. Después de haber estado en el campo de batalla, quizás algunos con heridas de guerra, volvemos a casa. Así que, para mí, ese sentido de pertenencia nos recuerda que no estamos solos/as; pertenecemos, somos un hombro en el cual apoyarnos. Estoy ansioso por reunirme con mis hermanos/as obispos/as para compartir el testimonio del Reino de Dios. Es una familia. Es una reunión familiar. Es una Acción de Gracias».

¿Cómo puede la Comunión Anglicana ser una fuerza del bien en el mundo?

«Creo que tenemos que servir como sanadores. Tenemos que curar a las personas que están sufriendo. El mundo en el que vivimos realmente hiere a las personas, así que debemos ser sanadores. Hagamos que la Comunión Anglicana sea sanadora para que podamos curar y avanzar. Sigamos valorando nuestra estructura, valorando nuestra gestión, valorando nuestros retos, etc. Aunque creo que hay que mirar más allá. Somos una Iglesia misionera que puede resistir la prueba del tiempo».

El obispo Paul dijo que cree que la Comunión Anglicana debe celebrar su identidad. «Creo que a veces, como Comunión Anglicana, nos escribimos en minúsculas, pero necesitamos celebrar nuestra identidad. Tenemos que celebrar nuestra historia y tenemos que celebrar nuestra herencia».

Dijo: «Creo que cada uno de nosotros debe participar en el engrandecimiento del Reino de Dios dondequiera que estemos. Tenemos que estar presentes en la vida y el ministerio del lugar donde servimos: desde el círculo familiar, hasta la comunidad, el pueblo y la Iglesia local. Y creo que tenemos que poner mucha energía en el fortalecimiento de la familia, que a su vez fortalecerá la Iglesia local, la parroquia, e incluso, la diócesis».

El obispo dijo que espera que lo que se acuerde en la Conferencia se tome muy en serio y se ponga en práctica a nivel local en todo el mundo.
«Exijamos que las resoluciones de the Lambeth Conference sean como un pacto, porque somos una familia. Para que cuando vayamos al norte, vayamos al sur, vayamos al oeste, vayamos al este, haya un sentido de pertenencia. Y debemos incluir a los/as laicos/as, la mayoría de esta Comunión Anglicana, dejar que formen parte de esto… Creo que debemos abrirnos y pedirles que nos den sus lentes a través de los cuales podamos ver el mundo que nos rodea y podamos influir en el cambio y la política. Así que ese sacerdote o ese/a obispo/a, me gustaría ver a ese/a lector/a laico/a, a ese/a profesor/a de escuela dominical, a esos/as niños/as que están en la Iglesia, levantándose y diciendo ‘esta es nuestra Iglesia’, y manteniéndola, y participando, y avanzando»

«Me encantaría que fuéramos una Iglesia que mira hacia afuera cuando nos reunamos en the Lambeth Conference, que pongamos manos a la obra con respecto al cambio climático, al VIH/SIDA, a la pandemia de la COVID-19. Oro para que la Comunión Anglicana esté a la altura de las circunstancias… cultivando el Reino de Dios, mientras nos tomamos de las manos y avanzamos juntos/as».

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