El obispo Ric Thorpe forma parte de la diócesis de Londres de la Iglesia de Inglaterra. Ha sido obispo durante seis aƱos en una parte de la ciudad llamada Islington, donde se ha centrado en ver cómo se desarrollan y establecen nuevas iglesias, tanto en Londres como en todo el paĆs.
Al obispo de Islington le apasiona compartir el Evangelio y llegar a personas que quizĆ” nunca hayan pisado una iglesia.
Ā«Hay mucha gente que no ha escuchado la Buena NuevaĀ», dijo. Ā«Pero estamos viendo a muchas personas durante la COVID sintonizando los servicios de la Iglesia en lĆnea, muchos mĆ”s de los que normalmente participan los domingos. AsĆ que hay una gran oportunidad de llegar a gente a la que no habĆamos llegado antes, de establecer conexiones con personas que estĆ”n interesadas, pero que no han dado ese paso para cruzar el umbral de la IglesiaĀ».
El obispo Ric afirma que la pandemia mundial ha cambiado drĆ”sticamente a la Iglesia y la ha obligado a encontrar nuevas formas de conexión, cuando los servicios presenciales simplemente no eran posibles. Y los cambios tambiĆ©n han traĆdo nuevas oportunidades para que la Iglesia sea sal y luz en las comunidades a las que sirve.
«No sé qué nos depara el futuro. Eso es parte de la emoción. Estamos empezando a decir que hay mucho potencial para conectar con gente diferente, con gente nueva, sobre todo con los jóvenes, y también con la gente que tiene miedo de salir a la calle, o con la gente de las generaciones mayores, de conectar con ellos de diferentes maneras. Y, de nuevo, conectar con nuevas personas en nuevos lugares, de nuevas maneras es parte de lo que creo que es el impulso del Evangelio. Internet nos permite hacerlo de formas completamente nuevas».
Para el obispo Ric, el crecimiento de las nuevas Iglesias tiene mucho que ver con ser sal y luz en el mundo.
«Ser la sal en un lugar, influir en ese lugar, llevar la curación, llevar la purificación, llevar la transformación, llevar la luz, ser la luz del mundo en un lugar, es llevar la luz del Evangelio. Llevar la luz a la oscuridad, es transformar un espacio de la oscuridad a la luz y de la presencia del mal a algo que es la presencia de Dios, la bondad y la transformación. Asà que, en este contexto, la plantación de Iglesias es la necesidad de los cristianos y de las comunidades cristianas de estar en esos lugares de oscuridad, de estar en esos lugares donde hay un gran sufrimiento o una gran sensación de desesperanza, con gente que se siente lejos de Dios».
SegĆŗn el obispo, ver que una Iglesia toma vuelo en lugares donde la gente se siente alejada de Dios o donde la Iglesia no existĆa, es como ser la sal del mundo para esas comunidades. Dijo que, al desplegar personas y recursos en nuevas Ć”reas donde la Iglesia no habĆa llegado, han visto a Dios transformando vidas. Ā«Hemos empezado a ver que la sal y la luz tienen un gran impacto en las zonas a las que Dios nos ha llamado a ministrarĀ», dijo.
Una de sus clérigas creó una nueva y próspera Iglesia en una urbanización de la diócesis de Londres y tiene ahora la visión de llegar a los muchos cientos de urbanizaciones de la ciudad. En el pasado, fue madre soltera adolescente, pero su vida se transformó cuando se introdujo en la comunidad eclesiÔstica y se convirtió en cristiana. El obispo Ric dice que le apasiona llegar a las personas que sienten que han sido «descartadas» por la sociedad.
Ver a otros jóvenes plantadores de Iglesias haciendo crecer las congregaciones en varias partes de Londres en el Ćŗltimo aƱo, a pesar de las restricciones de la COVID, ha sido alentador para el obispo Ric, que tambiĆ©n ha oĆdo hablar de experiencias similares en otros lugares. Ā«Me inspirĆ© en las Iglesias de nuestro enlace, las diócesis de Angola y Mozambique, en donde sus Iglesias inician con catequistas enviados por el obispo para fundar nuevas Iglesias en pueblos y ciudades. A medida que crecen, enseƱan a la gente la fe cristiana y luego les ayudan a crecer en su fe. Y despuĆ©s pueden ir y comenzar otra Iglesia, y luego otra Iglesia, y luego el obispo ordena a las personas que han plantado dos o tres Iglesias por sĆ mismas. Eso ha sido muy inspirador para mĆĀ».
El obispo Ric forma parte del grupo directivo de una nueva iniciativa en la Comunión Anglicana llamada Plant Anglican, que es una red de plantación de Iglesias que se lanzó el aƱo pasado en lĆnea, presidida por el arzobispo HĆ©ctor (Tito) de Chile.
«”Estoy muy emocionado!Ā», dijo. Ā«Participan varias personas de distintas provincias, de distintos continentes y de todo el mundo. Es un lugar en lĆnea donde compartimos historias, recursos, pensamientos y estrategias sobre cómo podemos ser eficaces en la plantación de IglesiasĀ».
Ā«He aprendido mucho del obispo Moon Hing, que es el arzobispo de Malasia, su enfoque misionero para iniciar Iglesias resulta muy Ćŗtil, justamente acabamos de empezar a hacerlo tambiĆ©n, en particular a raĆz de la pandemia. TambiĆ©n he aprendido del arzobispo Tito de Santiago que desafió a una Iglesia moribunda a plantar una Iglesia y empezaron a tener una nueva vida y empezaron a crecer… un giro completo. Luego estĆ”n las experiencias de las Iglesias de Australia que realmente estĆ”n luchando con una cultura desafiante en contra del Evangelio y la manera en que pueden empezar a conectar con la gente. Estamos escuchando muchas historias increĆbles de Dios en acciónĀ».
El obispo Ric desea con ansias compartir con sus colegas obispos/as en la Conferencia de Lambeth. Dijo: Ā«Hay mucha amplitud en la Iglesia Anglicana, en la Comunión Anglicana. Como obispo, una de las cosas que aprecio es la llamada a ser un foco de unidad, a reunir diferentes tradiciones, a decir: ‘Somos uno en Cristo, tenemos mucho que aprender unos de otros’. Y lo mismo pienso de la comunidad mundial. Tengo mucho que aprender de las personas que tienen perspectivas diferentes. Personas que tienen diferentes contextos, que experimentan diferentes situaciones y de cómo estĆ”n encontrando a Cristo en esos lugares. Y cuando estoy con gente asĆ, cuando escucho sus historias, realmente me ayuda en mi propia relación con Dios, en mi propio camino de discipulado y tambiĆ©n en mi propio llamado como obispoĀ».