La educación de calidad atrae a los jóvenes

El recién nombrado arzobispo de Alejandría y obispo de la diócesis de Egipto afirma que uno de los secretos para hacer crecer las iglesias en un contexto multiconfesional es la educación y hacer que la Iglesia se abra y acoja a todas las personas.

El reverendo Samy Fawzy, quien asumió su nuevo cargo en la Catedral de Todos los Santos de El Cairo el mes pasado (junio), es el primer arzobispo de la nueva provincia anglicana de Alejandría, la cual se extiende por Egipto, el norte de África y el Cuerno de África. Debido a su geografía, la nueva provincia, que abarca 10 países africanos, ha sido calificada como la puerta de entrada entre el norte y el sur del mundo, con la inclusión de Gambela, en Etiopía, donde la iglesia ha experimentado un rápido crecimiento.

El arzobispo Samy habló de la manera en que ha visto a la Iglesia de su zona proclamar la Buena Nueva y crecer constantemente en los últimos 30 años.

«Empezamos con una Iglesia en Addis Abeba y, en los últimos 20 o 30 años, la Iglesia se fue desarrollando gradualmente hasta convertirse en 145 iglesias en la zona de Gambela. Luego, al norte de Etiopía hay muchas otras iglesias que crecieron en todas las partes de la diócesis. En Egipto, experimentamos una enorme expansión, no tan rápido como el de Etiopía, pero crecimos en número, en madurez y en comprensión a través de una nueva escuela teológica que tenemos en El Cairo, Alejandría y en el Alto Egipto. En el norte de África, tenemos congregaciones en varios países, incluyendo Libia, Túnez y Argelia, así que las cifras aumentaron en muchas áreas».

¿Cuál es el secreto del crecimiento de las iglesias en la provincia?

«El crecimiento de las iglesias es diferente en cada lugar. Creo que uno de los secretos en Egipto es la educación. Tenemos una escuela de teología a la que acuden muchos jóvenes para aprender y luego van a hacer misión y ministerio en diferentes partes de la Iglesia». Dijo que el trabajo social y cultural también forma parte de su enfoque dentro de las comunidades. «Lo que hacemos en Egipto es mucho más que el número de iglesias porque servimos a toda la comunidad».

«En el oeste de Etiopía había un crecimiento gradual a medida que la gente se reunía bajo un árbol y adoraba al Señor, luego creamos una pequeña Iglesia. Cuando íbamos a otro lugar donde había unos pocos anglicanos, construíamos otra Iglesia. También teníamos un obispo que vivía en la escuela de medicina de Gambela y, gracias a su liderazgo y al de otros líderes y clérigos, la Iglesia pudo crecer considerablemente».

¿Cómo ha hecho la Iglesia para llegar a los jóvenes?

«Es tan difícil llegar a las generaciones más jovenes hoy en día, con la presión del tiempo, de los medios de comunicación y del Internet se hace muy difícil convencerlos de que vengan a la Iglesia. Pero cuando realmente tienes algo que decir, ofreces un alto nivel de educación y la gente sabe que respetas su espiritualidad y su intelecto, todo esto ayuda. Los jóvenes vienen y disfrutan del estudio, conscientes de que nuestra educación es una de las mejores. A través de sus estudios con nosotros, el Señor está llamando a los jóvenes para el ministerio a tiempo completo».

Las presiones económicas, ya que algunos jóvenes tienen dos empleos diferentes que hace que sus vidas estén tan ocupadas y sometidas a mucha presión, es una de las barreras para que los jóvenes se acerquen a la fe, según el arzobispo Samy.

«Creo que a los jóvenes les gustaría estar en la Iglesia más de una vez a la semana y quisieran forjar diferentes ministerios. Pero como están tan ocupados con el trabajo, es difícil. Tenemos un centro de formación donde les enseñamos a los jóvenes diferentes vocaciones para que puedan mantenerse. Recientemente hemos organizado talleres en varias zonas pobres. Cuando los jóvenes vienen y aprenden edición de video y fotografía y otras competencias diferentes, consiguen mejores ingresos. También es bueno para la Iglesia, porque hemos pasado del encuentro persona a persona a una Iglesia virtual. Si hablas árabe y estás en Oriente Medio, tienes la oportunidad de llegar a millones de personas, no sólo en Egipto, sino en todo Oriente Medio y el Norte de África, para transmitir la Buena Nueva de Cristo. Así pues, el reto al que nos enfrentamos para atraer a los jóvenes se ha convertido en una gran oportunidad, para proclamar la Buena Nueva».

Situada en un lugar geográfico tan estratégico en el mundo, la nueva Provincia de Alejandría, que antes formaba parte de la Provincia Anglicana de Jerusalén y Oriente Medio, constituye un puente entre Oriente Medio y África.

«Seguimos teniendo muchas conexiones con Jerusalén y Oriente Medio. Por un lado, hablamos árabe y nuestra educación teológica se hace en árabe. Egipto está ahí, en medio del mundo árabe, hablando la misma lengua, así que hemos crecido como cristianos en un contexto islámico. Tenemos una relación muy fuerte con el mundo islámico. Una de las visiones que tenemos para la Iglesia en Egipto es tener un centro islámico-cristiano donde le enseñemos a la gente a entender el contexto… Somos como una «Iglesia puente» que tiene esta fuerte relación con la Iglesia Copta Ortodoxa, con la Iglesia Católica, con las iglesias protestantes y como miembro del Consejo de Iglesias de Egipto. Así que hacemos todo lo posible por convertirnos en una Iglesia que acoge la relación con otras Iglesias y que también defiende la relación con la cultura y la comunidad islámica».

Vivir la fe en otra cultura es siempre un reto. El arzobispo dijo: «Si vives en una cultura islámica, siempre te verás desafiado. La gente te preguntará todo el tiempo sobre tu fe y tus doctrinas. Egipto es un país muy religioso, así que la gente te está cuestionando todo el tiempo. Hay que saber en qué se cree y profundizar en las escrituras para saber a qué atenerse. Por eso, amamos a nuestros vecinos y es muy enriquecedor escuchar sus puntos de vista y hablar y discutir con ellos.»

«Nuestra Iglesia está abierta y cuando viene a la Iglesia gente de diferentes credos o de diferentes orígenes, son libres de acercarse y entrar en la Iglesia y escuchar. En las catedrales de El Cairo y Alejandría tenemos centros culturales y tenemos cientos de musulmanes que vienen a la Iglesia para participar en talleres y actividades en las que musulmanes y cristianos se reúnen y realizan diversas tareas. No es una amenaza para ellos, porque saben que los queremos. Realmente estamos ayudando a construir el futuro a través de este intercambio mutuo y del trabajo conjunto».

El arzobispo dijo que el objetivo de uno de sus proyectos era lograr el entendimiento y la reconciliación entre las distintas religiones. La Iglesia en el Alto Egipto se ha acercado a comunidades en las que los cristianos se habían visto obligados a abandonar sus pueblos por el trato que recibían de la comunidad predominantemente musulmana.

«Llevamos a jóvenes musulmanes de estas aldeas a visitar uno de nuestros hospitales y a visitar nuestras escuelas para mostrarles que musulmanes y cristianos pueden ser seres humanos que conviven y tienen amistades y relaciones genuinas. No tienen que matarse unos a otros ni vivir en comunidades excluyentes. Es posible que musulmanes y cristianos vivan juntos en paz. Después de tres semanas de este tipo de encuentros mutuos, regresan a sus aldeas con la mente completamente renovada. De modo que pueden compartir esta experiencia con sus familiares y amigos en sus respectivas localidades».

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