Cambio en el ADN espiritual de la Iglesia para cuidar la creación

Uno de los coordinadores del medio ambiente para el sur de África le pide a los/as obispos/as que prediquen con el ejemplo y actúen para cambiar el ADN espiritual de la Iglesia hacia el cuidado de la creación.

La reverenda Rachel Mash es la coordinadora medioambiental de Green Anglicans, que es la red medioambiental de la Iglesia Anglicana del Sur de África; incluye Sudáfrica, Eswatini, Lesotho, Namibia, Angola y Mozambique. La reverenda habló con el equipo de la Conferencia de Lambeth sobre los motivos por los que cree que es tan necesario actuar ante el cambio climático.

«Las medidas que tomemos ahora tendrán implicaciones muy serias sobre la manera en que vivirán nuestros hijos y nuestros nietos. La cuestión a la que nos enfrentamos es: ¿vamos a dejarles a nuestros hijos un mundo sombrío y estéril, o vamos a dejarles un mundo del que vivir en el futuro, un mundo con ecosistemas vivos? Hemos sido llamados/as a ser cuidadores de la creación. Y es importante que nosotros/as, como Iglesia, recordemos que el primer mandamiento que se nos dio en Génesis 2:15 era trabajar la tierra y cuidarla».

¿Cómo motivaría a las personas que se sienten abrumadas por la magnitud de la crisis climática?

«Creo que tenemos que entender que, si lo dejamos en manos de los políticos, va a ser demasiado tarde… Pero si trabajamos con los movimientos sociales, podemos cambiar el mundo. Nos bombardean con tantos problemas, que nos hacen sentir que no podemos hacer nada». Dijo que la gente debería leer sobre temas climáticos y encontrar las áreas que más les apasionaría cambiar.

«Descubran lo que les mueve el corazón, porque es ahí donde el Espíritu de Dios está tocando. Y cuando hayan identificado ese elemento, encuentren un grupo de personas o un movimiento social con el que puedan trabajar… El antídoto contra la desesperación es la acción. Así que, una vez que empezamos a actuar, empezamos a crear esperanza».

¿Por qué los indígenas reciben los impactos más negativos de la crisis climática y qué papel desempeñan en el cambio?

«Creo que lo primero que tenemos que hacer es lamentarnos. Tenemos que reconocer que, como Iglesia institucional, hemos tratado a los indígenas de forma espantosa. Hay que reconocer que los indígenas, según el Fondo Mundial para la Naturaleza, sólo representan el 6% de la población mundial, pero protegen el 80% de las últimas zonas de biodiversidad prístina que quedan. Por lo tanto, son la primera línea del cambio climático. Viven en las zonas más afectadas por el cambio climático y, en general, viven de la tierra. Sus formas de vida, sus medios de subsistencia, sus culturas están siendo destruidas al ser desplazados de las tierras».

Rachel dijo: «Son los más afectados y también los que más pueden hacer para proteger la biodiversidad en esas zonas. Si podemos aprender de los hermanos y hermanas indígenas y, particularmente si podemos atesorar nuestras voces indígenas anglicanas, entonces podemos encontrar una manera diferente de relacionarnos con la creación».

Según Rachel, el cuidado del medio ambiente tiene que ser algo más que un «complemento» y requerirá un cambio sobre el ADN espiritual.

«Lo importante para nosotros como Iglesia es que cambiemos nuestro ADN espiritual. Durante los últimos nueve años, la Iglesia Anglicana del sur de África ha venido participando en el movimiento ‘Temporada de la Creación’, en esta ocasión del 1 de septiembre al 4 de octubre. Tenemos esta maravillosa oportunidad de ver realmente lo que las Escrituras nos dicen sobre la creación, de rezar por ella, de predicar sobre ella, de celebrarla, de lamentarla. Y a medida que la Iglesia empieza a incorporar la ‘Temporada de la Creación’, descubrimos que nuestro ADN espiritual empieza a cambiar, y entonces se siguen las acciones».

¿Qué cambios ha visto que empiezan a producirse?

«Estoy muy contenta con lo que está ocurriendo en la Iglesia de África central, la gente está viendo formas muy prácticas de marcar la diferencia, de restaurar los ecosistemas. Muchos/as obispos/as dicen que cada niño/a que se confirma debe plantar un árbol. Cuando hay un funeral, plantan un árbol conmemorativo como un recuerdo de alguien que ha fallecido. Eso ha sido algo muy curativo para la gente durante el COVID porque a menudo no podían asistir a los funerales. Así, las personas plantan árboles conmemorativos en honor a alguien que ha fallecido, ya que no pudieron ir a su funeral. La vinculación de nuestros ritos de paso con la plantación de árboles significa que esos árboles no sólo se plantan, sino que se cuidan, se nutren y crecen porque significan algo para ellos».

«Otro ejemplo en el que participamos en Namibia fue cuando una empresa petrolera canadiense quiso perforar una de las zonas más prístinas del mundo, la cuenca del Congo. Fue muy alentador ver cómo los/as obispos/as del sur de África firmaron una petición para detener la perforación, y la petición obtuvo inmediatamente el apoyo de nuestros/as hermanos/as obispos/as y arzobispos/as de Canadá, de donde es la empresa ReconAfrica. Entonces, se convirtió en una petición global internacional. Después de que la pretolera demandara al periódico local de Namibia que había dado a conocer la noticia, todos los demás medios periodísticos se mantuvieron muy callados, porque les preocupaba que los demandaran también. Pero cuando los/as obispos/as firmaron una petición para detener la perforación, esto se volvió la historia. La prensa podría escribir historias sobre los/as obispo/as anglicano/as que se oponen a las perforaciones en Namibia sin temor a que los demandaran. La abogacía puede realmente sacar a la luz estos problemas porque la voz de la Iglesia sigue siendo reconocida y marca la diferencia».

¿Cómo le gustaría que los/as obispos/as de la Comunión Anglicana siguieran respondiendo a la crisis climática?

Rachel cree que los/as obispos/as pueden ser poderosos/as modelos para el cambio climático y el cuidado del medio ambiente. «Una de las cosas importantes sobre los/as obispos/as es que la gente los/as observa y la gente los/as mira y los/as admira. Y cuando los/as obispos/as empiezan a ser modelos de comportamiento diferente, se vuelve un hito. Pienso en algunos/as de los/as obispos/as ecologistas y en los/as obispos/as verdes, cuando aparecen en el campo plantando papayas, arremangados/as con una pala, esas imágenes se vuelven virales. Porque la gente ve que esta persona es su obispo/a, su obispo/a está cultivando papayas, o recogiendo basura en la calle. Y entonces se genera un verdadero cambio en la gente porque dicen: ‘Oh, si mi obispo/a puede hacerlo, entonces yo también debería hacerlo'».

También dijo que le gustaría que los/as obispos/as defendieran las voces de los/as jóvenes.

«Creo que los/as jóvenes son los/as profetas de nuestro tiempo porque entienden que este es su futuro».

«Los/as jóvenes quieren cambiar este mundo. Los/as jóvenes están llevando a los tribunales a empresas de la industria de los combustibles fósiles y están ganando. Los/as jóvenes están inventando nuevas formas de hacer las cosas con menos emisiones de carbono. Son emprendedores/as, están marcando la diferencia. Y si nosotros/as, como Iglesia, no escuchamos a los/as jóvenes en este momento de la historia, ¿por qué iban a querer formar parte de esta Iglesia?»

«Es una oportunidad increíble para nosotros/as en este momento, para llegar a los/as jóvenes y mostrarles que son importantes para la Iglesia. Podemos amplificar las voces de los/as jóvenes profetas de nuestro tiempo en toda la Comunión Anglicana, para que podamos escucharlos/as y oír lo que el Espíritu le está diciendo a la Iglesia de hoy».

«Esta es la década más importante de la historia de la humanidad. Sí, la tarea que tenemos por delante es enorme, pero las oportunidades nunca han sido mayores. Nuestras acciones pueden marcar una diferencia radical».

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